Julián Martínez y Magda Correa de Andreis ofrecen su testimonio sobre la situación del proceso de paz en Colombia
Julián Martínez Vallejo y Magda Correa de Andreis viven una situación complicada en su país. Ambos se enfrentan a las tesisdel ex presidente Álvaro Uribe, que rechaza el documento que establece las bases para el proceso de paz, y eso en Colombia es osado y peligroso. Julián es periodista de investigación y lleva mucho tiempo indagando en los crímenes, desmanes y violaciones de los derechos humanos del Gobierno Uribe durante los años 2002 a 2010. Magda, por su parte, es hermana de Alfredo Correa de Andreis, un académico asesinado por su activismo a favor de los derechos humanos en 2004 por los paramilitares, "en connivencia con agentes de las Fuerzas Militares Colombianas y por acción u omisión de ese mismo gobierno de Uribe". El ex presidente de Colombia sigue ostentando un enorme poder hoy día en Colombia tal y como ha demostrado el no en el referéndum sobre el proceso de paz.
Ambos han visitado esta semana Euskadi y han sido recibidos por el Ayuntamiento de Gernika y la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento Vasco.
¿Con qué expectativas habéis realizado este viaje a Euskadi?
JM: Queremos sobre todo dar a conocer el operativo que formó Uribe de espionaje y desprestigio de todas aquellas personas que no pensaban como él, activistas pro derechos humanos, ciudadanos extranjeros, magistrados, políticos. Buscamos el reconocimiento de la verdad de lo ocurrido en Colombia y eso tiene que suponer algo. Además también queremos poner en valor el trabajo de la asociación Jorge Adolfo Freytter Romero (que ha sido la que ha organizado esta visita) y de una persona como Jorge Freytter que tuvo que abandonar su país, tras el asesinato de su padre, amenazado por los paramilitares. Finalmente, también es importante la presencia en Euskadi de Magda Correa de Andreis por el testimonio que aporta.
De hecho, Magda participó en las conversaciones de la Habana de 2015 y fue una de las víctimas elegida como interlocutora para establecer las bases del documento para la paz
MC: Fui muy criticada, mucha gente no entendía que participara en aquellas conversaciones, yo misma era muy escéptica antes de ir a Cuba, sin embargo, regresé a Colombia muy optimista porque comprobé que existía una actitud por ambas partes para alcanzar un acuerdo. Cuando volví a mi país tomé la misión de generar un eco de lo que allí había vivido para transmitir esperanza.
Sin embargo, el proceso de paz sufrió un revés importante en el referéndum que convocó el Gobierno de Santos. El triunfo del no sorprendió mucho a nivel internacional ¿A qué se debió ese rechazo al proceso de paz?
MC: Santos pecó de exceso de confianza, no socializó el proceso de paz y permitió que Uribe tomara la iniciativa a favor del no engatusando a la gente. La campaña de Uribe fue muy fuerte.
JM: Yo creo que Santos se equivocó sometiendo el proceso de paz a un referéndum. Hubo por su parte un exceso de confianza. No se enfocó en la didáctica del documento y Uribe se dedicó a desprestigiar y a desinformar en una campaña en la que habló de expropiar empresas, quitar pensiones, riesgo de que Colombia se convirtiese en Venezuela o Cuba y hasta dijo que los hijos de los colombianos se convertirían en homosexuales si ganaba el sí. Metió miedo en un país en el que mucha gente apenas lee. Además, se registró casi un 67% de abstención, (sobre todo en los departamentos en los que ganó el sí).
¿Cómo se ha reconducido la situación?
JM: Al día siguiente se cambió una coma aquí y una s allá en el documento y eso fue una burla a la sociedad colombiana, sin embargo nos dimos cuenta de que realmente lo que quería Álvaro Uribe era tumbar la justicia especial para la paz, que es el problema real que él le ve al acuerdo porque le daría entrada no sólo a los guerrilleros que confiesen sino también a los militares, subalternos de Uribe condenados que podrían entrar a negociar sus condenas. Pero existe un miedo también entre los periodistas a preguntar abiertamente a Uribe sobre en qué página del acuerdo de paz se entrega el país a los terroristas (como argumentaba durante la campaña el propio Uribe).
«El partido de Álvaro Uribe no es un partido político, es una mafia que representa a narcotraficantes y a paramilitares»
Pero en Colombia hay un estigma del sí, la gente te llama chavista, guerrillero si has votado de forma afirmativa en el plebiscito, pero es que acaban contigo sin dar argumentos: te hacen un montaje, incluso pagan a testigos para desprestigiarte, te hacen un montaje judicial. Porque el Centro Democrático (partido de Álvaro Uribe) no es un partido político, es una mafia que representa a narcotraficantes y a paramilitares, una mafia que utilizó la guerrilla como argumento y ahora que no existe se ha quedado sin ese argumento
La paz entonces está todavía muy lejos en Colombia
JM: Yo creo que algo está cambiando en Colombia, los periódicos ya no registran los muertos. Hoy en Colombia el foco es la corrupción, esa es la enfermedad de mi país y hoy Álvaro Uribe tiene que levantarse a dar explicaciones a la justicia de porqué funcionarios de su gobierno están envueltos en asesinatos, en narcotráfico, en ejecuciones extrajudiciales, en sobornos, en robos, en corrupción… ya se está desnudando lo que realmente montó en el gobierno. Mientras no se incluya en la revisión de lo ocurrido la responsabilidad de Uribe en el conflicto armado en Colombia es muy difícil que mi país dé el paso hacia la paz, porque Uribe es el representante político de las verdaderas causas del conflicto: él está relacionado con el robo de tierras, ha beneficiado a las familias más ricas, ha legislado a favor de los paramilitares…
¿Cuáles son entonces los riesgos para que avance el proceso en Colombia?
MC: Si al próximo presidente lo pone Álvaro Uribe a nosotros nos tocará exiliarnos.
JM: Tiene mucho poder. El temor que genera Álvaro Uribe es el mismo en el que nos sumió Pablo Escobar en la década de los 80. Si alcanza de nuevo el poder los acuerdos de paz se caerían.
¿Y cuáles son las garantías?
JM: Más allá de que Uribe sea juzgado, lo importante es que se sepa la verdad. En el momento en que el país tenga el reconocimiento de la verdad, la capacidad de decisiones va a mejorar. El problema es que ocultan y evaden sus responsabilidades. A la familia de Correa Andréis le sirve más conocer qué tiene que ver Uribe en este crimen, que tener a sus autores materiales 30 años en la cárcel.
A pesar de este panorama, ¿tenéis esperanza en el éxito del proceso?
MC: Yo sí tengo esperanza
JM: Claro, por eso estamos aquí y por eso también inicié el proyecto del libro, (‘Chuzadas: 8 años de espionaje y barbarie", sobre el Gobierno de Uribe) que quiere darle voz a esas víctimas que durante 8 años fueron criminalizadas por unas cosas que nunca hicieron.
Necesitamos conocer la verdad para que la gente tome conciencia, eso es lo que nos falta, conocer la verdad, porque Colombia es un país lleno de esperanza. Colombia va a ser un mejor país pero necesitamos garantías, y esa garantía es la verdad, y como periodista la seguiré buscando.